La misión del vendedor no es ensalzar su persona, si lo merece, ya lo harán los clientes por él. Su verdadera tarea consiste en escuchar las necesidades del cliente y darles debida respuesta a través de las soluciones más adecuadas, fáciles y rentables que encuentre. Eso es lo que debe hacer un vendedor profesional. Me duele comprobar con cuanta frecuencia se olvida este principio básico de escuchar y solucionar.
lunes, 22 de febrero de 2021
Perez Reverte escribió: Cuando un libro arde, cuando un libro es destruido, cuando un libro muere, hay algo de nosotros mismos que se mutila irremediablemente. Cuando un libro arde, mueren todas la vidas que lo hicieron posible, todas las vidas en él contenidas y todas las vidas a las que ese libro hubiera podido dar, en el futuro, calor y conocimientos, inteligencia, goce y esperanza.
Amo a los creadores tanto como a los lectores y unos y otros, me llevan a respetar cada libro como la obra e arte, de amor y de entrega que es.
Leer nos hace más inteligentes, nos permite hablar con más propiedad y pensar con libertad. Cuánto más leas, menos manipulable serás.
viernes, 19 de febrero de 2021
“Mujeres de hojalata” es un libro que me ha gustado muchísimo.
Es uno de los pocos libros que me hacía irme a la cama corriendo para leer y leer con avidez. Buena conocedora de la psicología femenina, la autora nos deleita con un libro cuya protagonista va y viene entre dos mundos: el fingido y deseado por ella y el real de su familia a la que siempre ha rechazado y odiado. Al volver a Madrid desde Boston, donde vivía, lo hace con despecho porque se siente “obligada” a recoger su herencia, pero se encuentra no sólo con la casa donde siempre vivió y se sintió desgraciada sino con unos folios, muchos, escritos por su tía Alicia (que la conoce mejor que ella a sí misma) que le pide que lea. La duda sistemática, el querer y no querer, el empezar a leer y rechazar y volver… va haciendo de Carmen una persona nueva y distinta sin que ella misma se dé cuenta. Es importante en esta historia, Minerva, su criada, que acaba siendo una madre para ella y, casi, su conciencia.
Quizá consigue la autora que, de alguna manera, nos sintamos implicados los lectores, incluso, ¿acusados? Porque nadie tiene limpia la conciencia ¿quién no se arrepiente de algo de su pasado? Lo que más me ha gustado ha sido el final porque mi alma de niña añora los finales felices y éste lo tiene. ¡Qué completo! He decidido que este es el libro que este año voy a regalar. Y eso que, con los años, me he vuelto exigente.
S.M.
miércoles, 17 de febrero de 2021
Alegrar el día con un saludo.
Hoy quiero compartir contigo una bella flor de loto, me saluda Ana y añade: Representa el renacimiento, la renovación y el despertar espiritual. Esta hermosa flor se parece mucho a la vida de los triunfadores, ha tenido que trabajar muy duro para florecer desde el lodo.
Si el miedo nos hace frágiles y temerosos, el optimismo nos convierte en invencibles. Si además añadimos constancia a nuestros objetivos, el éxito nos acompañará.
lunes, 15 de febrero de 2021
Un libro, un amigo fiel
La importancia de la presentación
Qué no, que ningún producto es bueno, bonito o barato. Cada producto tiene unas características propias y seguro que existen las palabras adecuadas para definirlo correctamente. Tu misión es descubrirlas.
jueves, 11 de febrero de 2021
La suerte
Mentamos demasiado a la suerte y en realidad, ¿qué es?. Según Séneca, El lugar donde confluyen preparación y oportunidad. Entonces, si queremos tener suerte, comencemos a prepararnos y a buscar oportunidades, porque ni la una ni la otra, acudirán a nosotros sin ser llamadas. Mi experiencia así lo afirma. Primero fue el trabajo. Después, el acierto en la decisión y por último, busqué la oportunidad.
Gracias, Rocío
Gracias por tu bonito detalle, llevas camino de convertirte en una excelente pintora, Rocío. Y aprovecho para dar las gracias a los ciento y pico lectores que han tenido la amabilidad de enviarme fotos con un ejemplar de "Mujeres de hojalata" y esos comentarios tan generosos como bien venidos. Solo el vis a vis mantiene a mi novela viva y creciendo por días.
miércoles, 10 de febrero de 2021
Las albóndigas de las Arrellano
Los tiempos cambian
Saca a flote tu mejor versión cuando las dificultades se multipliquen y saldrás reforzado de la crisis.
martes, 2 de febrero de 2021
Aquellos años de colegio
Lo que pude llorar con el dichoso paño de punto de cruz. No me había dado Dios buena mano para la costura (tampoco para la cocina, pero de eso hablaremos otro día). Todo iba bien en el colegio. La madre María Luisa ya me veía como novicia en el convento. Era de sus alumnas preferidas, también por aplicada. A mis ocho años, la idea del noviciado me atraía mucho. Fui una niña estudiosa, de las que disfrutan creando un bonito ejercicio de redacción, aprendiendo palabras y sumando sobresalientes en oraciones gramaticales. En matemática la nota bajaba considerablemente pero aprobaba. Hasta que llegó la madre Felicidad, tan alta, tan guapa, tan seria, tan poco parecida a las demás monjas, con esos ojos negros que te traspasaban cuando miraban y, a pesar de su nombre, se acabó me dicha.
Dejó de apetecerme ir al colegio. La clase de labores me tenía comida la moral. Nada hacía a gusto de la madre Felicidad, nada era lo suficientemente perfecto para quedar inmortalizado en mi paño. Me hice especialista en deshacer letras y figuras en punto de cruz, hasta que me cansé y corté el paño en trocitos pequeños. Casi como lo cuento en "Mujeres de hojalata". No tan dramático, claro, porque esa manera va más con el personaje de Angustias.
Os podéis imaginar el castigo y la regañina en casa. Y todo, para volver a empezar desde cero. Seguro que entendéis cuánto significaba para mí acabar el paño antes de que finalizara el curso. Tanto, que sigue colgado en mi dormitorio para recordarme que aún lo más difícil, se consigue si superas los palmetazos, los castigos y la humillación de verte relegada al último puesto. Lo conseguí y ello me costó humedecer más de un día mi falda gris de colegiada con lágrimas. Lo conseguí porque mi madre sólo me permitió de tregua una tarde sin ir al colegio. Lo conseguí porque me juré que las risitas de las niñas que yo consideraba mis enemigas naturales, se convertiría en gesto de admiración cuando lo vieran terminado. Y ahí está, mi primer gran triunfo que, como los demás, llegarían de la mano del esfuerzo y la tenacidad.
Cuando leas "Mujeres de hojalata", apiádate de la pobre Angustias.
Buen día.