Ser atendido por personal atento, educado y profesional. que sepa aconsejarle, aclarar sus dudas y responder a sus inquietudes.
Nuestros argumentos han de ser tan poderosos como para emocionar, convencer y hacer sentir bien al cliente.
Los clientes se aburren de escuchar o ver siempre lo mismo, hay que hacer cambios constantes en nuestros establecimientos y cambiar nuestro discurso en función del momento presente.
A los clientes, como a nosotros, les gusta reír, tratar con personas divertidas e ingeniosas.
El cliente quiere confiar en nosotros pero tenemos que convencerlos con hechos de nuestra profesionalidad, seriedad en el trato y sinceridad de palabra y expresión corporal.
Mostrar un reclamo visible que atraiga al cliente hacia nuestro catálogo o nuestro establecimiento.
Buen día para todos.
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