La cara del fracaso muestra aburrimiento, frustración, impotencia. La del éxito va acompañada de una sonrisa, de fuerza de voluntad, de querer, de insistir, de mejorar.
Para triunfar, para dar sentido a nuestra vida, necesitamos conocernos a nosotros mismos con detalle. Sin descubrir realmente lo que somos y lo que queremos llegar a ser, no alcanzaremos nuestros objetivos laborales ni personales. Nos engañaremos cada día y buscaremos excusas pero seguiremos sin hacernos las cinco preguntas esenciales:
¿Quién soy?
¿Estoy en mi lugar?
¿Busco lo esencial?
¿Estoy de acuerdo conmigo mismo?
¿Aporto algo al mundo?
Recuerda que los lazos que te unen a tu entorno, a tus clientes, a tus jefes y colaboradores, deben contribuir a dar sentido a tu vida, a tu trabajo, pero el verdadero motor de tu éxito y felicidad se encuentra en tu interior. Nosotros somos su fuente, su origen.
Cada mañana aleja de ti el pesimismo, el aburrimiento, la frustración y la indiferencia porque sólo sirven para paralizarte y separarte de las metas que has soñado alcanzar.
Tú puedes, si tú de verdad quieres.
Feliz fin de semana.
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