El auténtico vendedor se esfuerza
cada día, a cada instante, en perfeccionar su destreza para alcanzar las metas
elegidas.
El auténtico vendedor comienza
cada día desde cero, de forma incansable, sabiendo que los resultados le están
esperando en cada visita, con cada nuevo argumento, unido a cada planteamiento
novedoso y mejorado.
Al auténtico vendedor nunca le
asusta mirar lo que no desea ver (crisis, desánimo generalizado, falta de
negocio). porque en el fondo de su corazón sabe que el verdadero secreto del
éxito está unido a la perseverancia, al trabajo diario y al acierto
creativo.
Por todo ello, el auténtico
vendedor nunca tiene sentimiento de impotencia, precisamente porque reconoce
ese estado de ánimo y en lugar de hundirse, lo convierte en su aliado porque ya
ha comprobado que los negros nubarrones anuncian siempre las flores de
primavera.
Éxito y felicidad para todos.
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