Decir, hacer, sentir, palabras que repetimos con demasiada frecuencia sin reflexionar muchas veces sobre su verdadero significado y que van muy ligadas a nuestra profesión de ventas. Por eso, hoy he elegido una foto que muestra lo que nunca debe ser un verdadero vendedor: autómata, caído, vencido, manejado por una llave que le da cuerda. Un ser desgraciado que se siente fracasado pese a hace muchas cosas y que se escuda en no decir lo que realmente piensa.
Muchas veces olvidamos que la evolución, el éxito, la felicidad, llegan a nuestra vida precisamente después de una gran destrucción, cuando hemos hecho limpieza general y llegado al fondo de cada problema. No se vende con la mentira, ni dejando de trabajar, ni echando las culpas a los demás. Saldremos del pozo evolucionando. Ganaremos si cambiamos todo aquello que nos aprisiona y nos impide crecer, tenemos que experimentar nuestras opiniones y buscar nuevas perspectivas que nos animen y fortalezcan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario