Pues sí, casi se está convirtiendo en una obligación para cada ser humano contagiar optimismo, respirarlo, como muestra la foto. Fijaos qué diferencia de semblante entre el que respira optimismo y los demás, ahí apretujados, con el ceño fruncido, quejándose de su situación, mirando hacia fuera sin atreverse a participar del aire fresco, nuevo, primaveral, que les llegaría tan solo con abrir la ventana y contagiarse del optimismo que la naturaleza siempre nos ofrece.
Lo mismo pasa en el trabajo. No arriendo la ganancia a la persona que crea que ya sabe todo, que ha hecho lo imposible por mejorar, que nada le queda por aprende,. ¡¡¡estamos en la década de la innovación y el esfuerzo!!!, o nos subimos al autobús de la alegría y la esperanza o nos quedaremos arrinconados rumiando nuestros pasados pensamientos, los que ya no sirven, los que hay que desechar.
No quiero que suceda eso a mi gente, ni a mi empresa, por eso constantemente mando mensajes de evolución, de alegría, de novedades y sorpresas. Hoy, por ejemplo, puedo deciros, si os apetece, que echéis un vistazo a la tienda online que estamos preparando. Queremos participar en primera línea de esta nueva forma de venta, queremos estar ahí, con vosotros, con lo que os gusta. Seguimos avanzando.
A ver qué os parece. Nos gustaría mucho contar con vuestras opiniones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario