Los que se escudan en la terapia del llanto y los lamentos para sacar un pedido por lástima.
Los dependientes que me miran desde lejos y me ignoran.
Las personas que apenas sonríen.
Los vendedores que van de listillos y se creen que porque lleven mucho tiempo ejerciendo como tales, se las saben todas.
Los dependientes que hablan con sus compañeros mientras me están atendiendo.
Los que se encogen de hombros y no buscan soluciones.
Los que no se esfuerzan por complacerme. Si no hay lo que pido, ¿para qué buscar otras alternativas?
Los que en lugar de aliarse con la crisis y cambiar, se dan por vencidos antes de conseguir superarlo.
Y ya está bien por hoy, el próximo día os contaré lo que sí me gusta. Buena semana para todos
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