Cuando un alumno me comenta: "es que aquí, sentado en la clase, todo es muy fácil, pero delante del cliente las cosas son distintas", le respondo:
-Tú eres distinto. Todo cambiará en función del cristal con que tú lo mires.
El cliente cambia de humor, de idea, de sonrisa, de una visita para otra, y lo que ayer nos prometió, hoy se desvanece en dudas y largas.
Bueno ¿y qué?
Eso no importa. Tú si. Mantente firme, convencido de tus posibilidades. Si lo hablado ayer no cuaja, habla de lo de hoy y de lo de mañana e intenta que tu exposición sea interesante, y lo que es más importante, útil y rentable a tu cliente.
Si te mantienes en tu línea, convencido de tus ideas, de tus productos, de la proyección que ofreces, lo transmitirás, y si consigues hacerlo, ya tendrás un cliente dispuesto a escucharte y atenderte.
A ver si alguno se anima a escribir, a ponerme en un aprieto, a preguntarme algo que me resulte complicado responder. Os espero.
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